El 19 de noviembre de 1982 se crea la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (Satca). A raíz de este motivo, la 22ª Reunión Técnica Nacional que se realizó en Tucumán hace unos días sirvió también para recordar los 40 años de trayectoria de la institución.
“Dada la importancia que revisten las cuatro décadas transcurridas, el programa incluía un reconocimiento especial a profesionales que hoy en día ya no se encuentran entre nosotros, y que integraron las primeras comisiones directivas y/o cumplieron una destacada labor en apoyo de los objetivos de la Satca”, contó Jorge Scandaliaris, actual presidente de la entidad. En la ceremonia de entrega de los diplomas de honor recibieron el reconocimiento representantes de las cinco personas fallecidas que cumplían con esos requisitos.
Además, estuvieron presentes allegados al primer presidente interino, Jorge Mariotti, y al primer presidente electo -en abril de 1983-, Carlos Galindo. Participó del evento una nutrida concurrencia de socios y de familiares, que le dieron a la ceremonia un marco emotivo.
“En primer término, recordamos al ingeniero Juan Luis Brhül Terán, quien participó del acto de creación de la Satca y además integró la primera comisión interina que tuvo la misión de sentar las bases para el funcionamiento de la entidad y, al mismo tiempo, organizar el bautismo apropiado con una primera reunión técnica, que se realizó en las instalaciones de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc)”, dijo Scandaliaris. Añadió que Brhül Terán, profesional de trayectoria internacional, hizo aportes importantes en diferentes mesas paneles en las cuales se trataron temas de alto interés para el futuro de la agroindustria de la caña de azúcar.
“El ingeniero agrónomo Sigmar Folker Simon, quien se desempeñaba por ese entonces en el área agrícola del ex ingenio La Fronterita, fue un entusiasta colaborador. Integró comisiones directivas; siempre con muy buena predisposición para llevar adelante acciones a favor del sector productivo de la caña de azúcar, que en esos momentos necesitaba imperiosamente encausar su rumbo en la región”, dijo Scandaliaris.
Y siguió enumerando: “el ingeniero químico Gerónimo Julio Cárdenas fue directivo y participó activamente durante la década del 90, mientras cumplía funciones importantes en la Eeaoc. Fue un asiduo expositor de trabajos en las distintas reuniones técnicas; y aportó sus buenos criterios y conocimientos en pro de divulgar los avances técnicos que permitieran el crecimiento y la consolidación de la agroindustria en un difícil momento de reorganización nacional”.
Scandaliaris recordó también al agrónomo y administrador de empresas Carlos Alfonso Wallberg. “Fue uno de los principales impulsores de la Satca desde sus inicios. Cumplió funciones directivas con gran entusiasmo y perseverancia para alcanzar objetivos definidos. Su sueño fue realizar algún día el congreso de la International Society of Sugar Cane Technologists (Issct; en inglés, Sociedad Internacional de Técnicos de la Caña de Azúcar) en la Argentina, ya que en su condición de Tecnólogo participaba y disfrutaba de los congresos que se hacían en distintos continentes. No pudo asistir al Congreso Internacional Issct de 2019, realizado en nuestro país (en Tucumán), ya que había fallecido días antes”, rememoró Scandaliaris.
“El ingeniero Luis Carlos Varela fue un destacado directivo de la Satca, y llegó a ser presidente. Dedicaba mucho tiempo e inteligencia a la constante mejora de la industria de la caña de azúcar. Y consideraba que la institución debía jugar un papel muy importante y decisivo para que se logre ese objetivo. Participó en forma activa de grandes cambios de la actividad; y en ese accionar no escatimó esfuerzos para alcanzar propósitos y cambios de fundamental importancia”, señaló.
También dedicó unas palabras para el contador Ricardo López. “Estaba intensamente focalizado en solucionar los problemas de la actividad azucarera a partir de la década del 90. Tras la desregulación propiciada y ejecutada por el Gobierno nacional, y cuando todo se mostraba oscuro para el sector, López se integró a un grupo de personas que buscaban afanosamente una salida para que la caña de azúcar siguiera ocupando un lugar de preponderancia en el NOA. Tales personas, que hoy en día merecen el reconocimiento del sector, definieron los pilares fundamentales para hallar una salida a esta centenaria actividad. La herramienta más importante tendría que estar basada como pilar fundamental en una transformación tecnológica y permitir que se llegue a altos niveles de productividad. Para ellos las instituciones del medio, entre las que se encontraba la Satca, debían jugar un rol fundamental en la reconversión y consolidación del camino futuro a recorrer. En esta línea de acciones y objetivos, López fue un entusiasta y efectivo protagonista de todos los eventos que desplegaba la Satca, para cumplir con el objetivo señalado anteriormente”, dijo.
Respecto de López, Scandaliaris puntualizó que su labor -extraordinaria- tuvo una espléndida coronación como pilar fundamental del comité organizador del 30 Congreso Internacional de Tecnólogos de la Caña de Azúcar. “Trabajó con gran empeño durante tres años en pos de lograr el objetivo de cristalizar un congreso que prestigiara a la región y al país, para demostrar al mundo que la Argentina, cuando se lo propone, es capaz de hacer buenos aportes globales”, destacó.
Todos estos profesionales mencionados han recibido, ante una numerosa concurrencia y participación de sus familiares en la cena de los 40 Años, un merecido diploma de honor que puso en evidencia un reconocido homenaje a este grupo de personas que dejaron lo más importante de sí en pos del futuro del sector y en pos de la difusión tecnológica de la Satca. Sus parientes cercanos y sus amigos dilectos recibieron la distinción.
“En sus 40 años, Satca se nutrió del valioso aporte de innumerables profesionales -algunos, de relevancia internacional-, quienes con su participación y contribuciones enriquecieron el desenvolvimiento de la institución y concretaron una colaboración efectiva y decisiva para definir las características fundamentales de esta importante agroindustria regional, y consecuentemente el dinamismo económico y social que sigue siendo fundamental para el bienestar de la región.
“Con los cinco diplomas de honor entregados a los profesionales fallecidos durante los últimos años queremos reconocer también a las numerosas personas que colaboraron de manera eficaz y desinteresada”, cerró Scandaliaris.